sábado, mayo 26, 2007

Reflexionando

Disculpad que escriba tan tarde, pero tenía mis razones. Para sintonizar plenamente con el clima de la jornada de hoy he hecho instalar en mi comedor una barra a dos metros de altura. Bajé la persiana, dejando la estancia en penumbra, y allí, cual murciélago, he permanecido colgado boca abajo todo el día reflexionando mi voto. Como a los tres minutos ya lo tenía más que claro (en realidad lo tengo claro desde hace meses), me he quedado dormido como un leño. Es lo bueno de estas jornadas: el regreso a la paz.

Aunque, si queréis que os diga la verdad, a mí eso de la Jornada de Reflexión siempre me ha parecido una filfa, un ejercicio colectivo de hipocresía unánimemente consentido. Algo así como la bondad navideña. Porque todos los medios de comunicación, televisiones, radios y periódicos han reproducido hoy los actos y discursos electorales de ayer, con sus correspondientes puyas y peticiones de voto. ¿Cómo caramba somos capaces de admitir y asegurar entonces que hoy estamos libres del ruido electorero?

Bueno, que imagino que ya lo tenéis a estas horas todo reflexionado. Votad a quien queráis. Votad a favor del que más os guste o en contra del que más rabia os dé.
Podéis también no votar. Pero, chicos, yo creo que para una vez cada cuatro años que se nos da la oportunidad de decidir directamente no es cuestión de dejarlo pasar. Nos vemos mañana en las urnas.