martes, abril 10, 2007

Una de tráfico

Un atolondrado jovenzuelo que pida en matrimonio mientras cruza Torrent en su vehículo puede perfectamente estar apalabrando el bachillerato del tercer niño con su ya futura esposa en el momento que deja atrás el casco urbano. Algunos estudios científicos lo acreditan.

Hablar de tráfico en Torrent es tener actualizada la más completa antología de los juramentos en todas las lenguas; es sustituir el legendario “Papá no corras” por un “Písale, huevón”; es convertirse en incondicional hincha del santo Job.

Tardo una media de veinte minutos todos los días buscando estacionamiento cuando regreso del trabajo. Cuando lo hago en cinco cierro los ojos y elevo una acción de gracias. Si aparco tal cual llego, cosa que sucede tres o cuatro veces al año (agosto no vale), un primer impulso me llevaría a depositar un beso en la frente del concejal del ramo; segundos más tarde, ya en frío, lo replanteo y desecho la idea. Los políticos no se merecen tanto, caray. La piedra de la Basílica del Pilar de Zaragoza presenta un hueco producido por el desgaste de tantísimos besos de los devotos. Ya es devoción. Sinceramente no creo que la traslación a Torrent de un fenómeno de similares características deba preocupar lo más mínimo a los responsables locales del tráfico. No hay caso.

Esquivando demagogias simplistas pienso realmente que la circulación en automóvil por nuestra ciudad constituye uno de los grandes problemas que nos aquejan y, posiblemente, que más afectan a la vida cotidiana de los vecinos. Atravesar la ciudad en vehículo es para tomarlo con calma. La avenida en hora punta es para nota.

Otro tanto cabe decir de Camí Reial o la calle Valencia. Y esas calles que, quizá sin estar preparadas (como la del Cristo, por ejemplo) constituyen un aliviadero al intenso tránsito de las vías principales aparecen muchas veces cortadas por los más diversos motivos como camiones de reparto u obras. Total, que al final siempre a morir a las importantes (y colapsadas) vías. Todo ello sin mentar los periódicos trastornos que ocasionan los diferentes eventos festivos con sus cierres de calles y desvíos.

Es un tema complejo, sin duda, que requiere de soluciones imaginativas, mayores infraestructuras, colaboración ciudadana y de una estrecha coordinación entre las diferentes Administraciones. Cuando yo era pequeño se anunció la construcción del ya mítico puente que tendría que unir el corredor comarcal con Camí Reial. En el anuncio seguimos. Dicho puente depende no recuerdo si de Diputación o de la Generalitat Valenciana.

Estoy leyendo con atención estos días la refriega de los partidos municipales a cuenta del “impacto” ambiental de la instalación Parc Aventura en El Vedat. Un asunto sin duda importante. Me pregunto, en cambio, hasta qué punto a los vecinos de mi barriada (formada por edificios sin garaje y saturada de vados permanentes hasta la náusea y no todos para vehículos) no agradecerían más que los políticos se preocuparan con idéntico ahínco por habilitar más estacionamientos en la zona. Bien mirado, es más fácil enzarzarse en “impactos” que no piden pan.

(Podéis hacer vuestros comentarios en torrentenunblog@gmail.com)

2 Comments:

Blogger Pedro said...

Tienes toda la razón del mundo, aparcar en Torrent es emprender una aventura que puede durar mucho, ojalá se invierta en cosas realmente importantes, a ver si te escuchan.

Un saludo.

4:18 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

El pont es competència de la Diputació i per fi, rere anys d'engany, s'està construint. Sembla que això es el que permetrà reordenar el carrer València i el Camí Reial. Esperem que hi haja trellat en eixos projectes i es pense en el problema del tràfic i de l'apartament.

10:17 a. m.  

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