Bresó me regala un posavasos

La pasada semana tuve una gran alegría. No es la alegría más grande de mi vida, pero casi. El alcalde de Torrent, José Bresó en persona me envió por correo un posavasos. No sé cómo pudo saberlo, pero me lo adivinó. En mi domicilio tengo cubiertos, platos, vasos y ensaladeras. Pero carecía de posavasos.

El posavasos de Bresó es muy bonito. Algunos lo denominan "tarjeta de propaganda institucional", pero para mí es, simplemente, el posavasos con que me obsequió el alcalde. Tiene forma rectangular, fondo verde y unas letras que dicen no sé qué de no sé qué acto. Me está siendo de una utilidad enorme. Lo tengo en la mesa de mi despacho. Sobre el posavasos de Bresó asiento cada mañana la taza del café con leche mientras consulto la prensa en el ordenador. El posavasos de Bresó también soporta las frías latas de cerveza o tónica que degusto mientras contemplo vía internet las fotografías del alcalde de Torrent en sus diferentes modalidades: “Bresó camionero”; “Bresó meciendo a niño”; “Bresó en las fallas”; “Bresó solícito esposo”, “Bresó, uno más de la brigada de limpieza”; y así hasta el infinito. Qué versatilidad. A uno le reconforta tener un alcalde tan multidisciplinar. Y encima me regala posavasos. Ignoro si entre los desvelos de un ayuntamiento figura el que todos los vecinos disfruten de posavasos, pero en todo caso es de agradecer el detalle.

Las letras del posavasos de Bresó dicen que “Ara Torrent més neta”. La acera de mi calle amanecía a finales de la pasada semana plagada de los posavasos de Bresó, lo que no deja de ser una curiosa paradoja que invita a la reflexión. Hay ciudadanos que son unos desagradecidos. O que no necesitan posavasos para nada. Vete tú a saber.

No sé la pasta que se ha gastado Bresó con tanto posavasos. Sí sé en cambio cómo zumban los recibos de Retosa. En cualquier caso, por lo que a mí respecta, gracias.

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